"Rinconete y Cortadillo" una novela de "glamour" y bandidos



Daniel Isaí Mata Velázquez

El presente trabajo surge a partir de un horizonte de expectativas del siglo XXI de la novela corta “Rinconete y Cortadillo” de Miguel de Cervantes Saavedra, perteneciente a las once novelas (o doce, si se cuenta por separado las novelas “Casamiento engañoso” y “Coloquio de perros) de las Novelas Ejemplares publicadas en 1613, en la cual me planteé como problema si utiliza el escritor la intención idealista del lenguaje otorgando un contexto realista en el habla de los personajes, es decir, si resalta el poder del buen uso de la lengua a partir de un contraste en el habla de Rinconete y demás bandidos subyugados por el poder de Monipodio.

Planteo como hipótesis que la novela corta “Rinconete y Cortadillo” es una narración metalingüística, en la que resalta el poder del buen uso de la lengua a partir de los diálogos de los personajes; debido a la mala elocuencia de Monipodio –líder de una banda criminal de Sevilla–  y la comunidad que dirige, tal como el uso incorrecto de vocablos y la modificación de pasajes cultos por enunciados meramente vulgares son contrastados por la buena oratoria de Rinconete, quien, como expresa la novela, sabe del arte por ser hijo y aprendiz de un bulero.
Bartolomé Esteban Murrillo


Además, me propongo investigar en este ensayo si hay una tradición literaria previa o actual de las Novelas Ejemplares en la que se eleve el buen uso de la expresión de la lengua como un poder o un beneficio especial para aquél que la articula o escribe; tomando como ejemplo principal la concepción en el imaginario colectivo de la escritura en los tiempos bárbaros.


En la novela “Rinconete y Cortadillo”, Cervantes tiene la intención de comunicar al lector el poder del buen uso de la lengua y la elocuencia, por lo que nos narra personajes contrarios de la expresión lingüística. Por un lado, está la mala erudición al hablar de Monipodio y su comunidad, el cual es líder de un grupo de bandidos que se dedican al hurto, al robo, a la prostitución y al homicidio. El manejo de su lengua carece de erudición y, en numerosas veces, el mensaje y su intención no resulta efectivo debido a la ambigüedad en los términos usados por los personajes ya citados. Baste, como muestra la siguiente cita, la cual demuestra la mala retórica de Ganchuelo ―mano derecha de Monipodio, y guía de Rinconete y Cortadillo― por el oscurantismo de sus palabras al preguntarle a Pedro Rincón y Diego Cortado si son ladrones, lo que concluye en un discurso innecesario y en una reformulación del mensaje por ser tan poco claro:


―Díganme, señores galanes: ¿voacedes son de mala entrada o no?
―No entendemos esa razón, señor galán ‒respondió Rincón.
― ¿Qué no entrevan, señores murcios? ‒respondió el otro-
―Ni somos de Teba ni de Murcia ‒dijo Cortado‒. Si otra cosa quiera, dígala; si no, váyase con Dios.
― ¿No lo entienden?‒dijo el mozo‒. Pues yo se lo daré a entender, y a beber, con una cuchara de plata; quiero decir, señores, si son vuesas mercedes ladrones.
(Cervantes, 226)
Hay que mencionar, además, la pronunciación incorrecta y el uso inadecuado de palabras en boca de los bandidos, tales como: *tología por teología (Cfr. 228),*solomicopor sodomita (Cfr. 229), estupendo por estipendio (Cfr. 233), adversario por aniversario (Cfr. 234) popapor pompa (Cfr. 234), asenteíspor “seáis admitidos”, sobrellevar por perdonar (“Digo que esa sola razón me convence, me obliga, me persuade y me fuerza a que desde luego asenteís por cofrades mayores y que se os sobrelleve el año del noviciado” [Cervantes, 236]), un es no es por “un sí es, no es”, no tengo trocada por “no tengo cambio”…y una diversidad de alteraciones desde la estructura del significante hasta su significado.

Todavía cabe señalar, por último, en lo que respecta a la mala erudición de Monipodio y su compañía, a las bromas eruditasque hace Cervantes, las cuales, de acuerdo con Alejandro Higashi, son citas erróneas de textos cultos mediante la voz de Cariharta cuando le dice “marinero de Tarpeya” y “tigre de Ocaña”a Repolido―su amante― por haberla golpeado brutalmente, ya que el primero es una cita errónea de un romance culto, perteneciente al Romancerohispánico, que dice: “Mira Nero de Tarpeya”, en la que habla acerca de la indiferencia de Nerón ante lacaída de Roma; y el segundo, la versión ridiculizada del tigre de Hircania, puesto que pasa de ser una bestia temible y fuerte como es este felino, a una que es mansa e inofensiva al sustituir “Hircania” por “Ocaña”, lugar de España carente de sofisticación. De modo que, a partir del cambio de términos por otros, muda de la semántica original y solemne del romance y de la bestia, a un significado meramente cómico, simplista y ridículo. Esto se puede ver más claro en la cita de Alejandro Higashi:
“La variante que transforma el cultismo onomasiológico en un vulgar marinero de Tarpeya ha sido aceptada muchas ocasiones por la crítica y presentada como evidencia principal para demostrar la capacidad de los transmisores orales para echar a perder, gracias a su vitalidad un poco inconsciente, lo que tocan; incluso la referencia culta que no entienden dentro de un romance erudito” (Higashi)
Por el otro lado, la oratoria y buen vocabulario de Rinconete, quien, como se expresa en la lectura, sabe la buena oratoria por ser hijo y aprendiz de un bulero, resulta ser, por consiguiente, la antípoda en un contexto lingüístico de Monipodio y demás bandidos.
Asimismo,no hay que olvidar lo que se dice al final de la novela:
“Era Rinconete, aunque muchacho, de muy buen entendimiento y tenía un buen natural y, cómo había andado con su padre en el ejercicio de las bulas, sabía algo de buen lenguaje y dábale gran risa al pensar en los vocablos que había oído a Monipodio y a los demás de su compañía y bendita comunidad y más cuando por decir per modum sufragio había dicho per modo de naufragio y que sacaban el estupendo, por decir estipendio, de lo que se garbea, y cuando la Cariharta dijo que era Repolidocomo un marinero de Tarpeya y un tigre de Ocaña, por decir Hircania, con otras mil imperinencias.” (Cervantes, 261)
En consonancia con lo anterior, cabe agregar un aspecto curioso de la novela que no resulta ser completamente claro: Cervantes hace uso del epíteto “el bueno” en ambos protagonistas, pero en contextos distintos: por una lado, tal calificativo es otorgado a Diego Cortadocuando demuestra ser leal y confiable ―además de hábil en el arte del hurto― al entregar la bolsa del sacristán para así salvar la comunidad de bandidos: “Cortadillo el Bueno, que con ese título y renombre ha de quedar de aquí adelante, se quede con el pañuelo y a mi cuenta se quede la satisfacción desde servicio” (Cervantes, 238); por el otro lado, el epíteto aparece sin ninguna advertencia previa enPedro Rincón, después de que este leyera las diversas tareas de la comunidad. (Cfr. 259).

Rinconete y Cortadillo - Rodríguez de Guzmán

Dicho lo anterior, planteo como hipótesis que Cervantes establece una analogía entre el buen uso de la lengua con el hábil hurto, es decir, relaciona la virtud del convencimiento mediante la elocuencia con la serie de trampas propias del robo, debido a que ambos buscan una ganancia propia.

De igual modo, parece ser que Cervantes tiene una percepción similar con la connotación de la escritura en tiempos bárbaros ―considerando que la escritura pertenece al código culto de la lengua―, en la que esta es entendida como un elemento mágico que dota de cualidades extraordinarias a aquél que la pronuncia o escribe, tales como la invisibilidad, la inmunidad o hasta la resurrección. Así, por ejemplo, la palabra glamour, la cual vino a significar “magia”, viene del inglés grammar, y esta del griegoγραμματική (grammatikḗ), misma que quiere decir en realidad “gramática”: la facultad de escribir. (Cfr. Highet, 14)

Lo anterior no quiere decir que Cervantes vea a la escritura y a la lengua como cosa de magia ―más aún porque estas connotaciones se cultivaron en un período en el que escaseó la escritura― sino que la visión idealista de este es similar, hasta cierto punto, con el pensamiento de los pueblos septentrionales, esto es, el poder del buen uso de la lengua que beneficia a todo aquél que sabe de sus encantos, tales como los beneficios de la persuasión mediante una buena retórica, o ―si se me permite ser poético― un buen glamour, hasta conmover al oyente o lector con una buena arte poética.

Finalmente, la lengua es, en el amplio sentido de la palabra, una herramienta poderosa que, si sabe utilizar con prudencia, elegancia e inteligencia, puede hacer poderoso aquél que la articule o escriba. Por lo que sobra decir que tal reflexión no era ajena para Cervantes, ya que, como se mencionó en un principio, por medio de un contexto realista en el habla de los personajes de “Rinconete y Cortadillo”, plasma una intención idealista del lenguaje, misma que posiciona a Rinconete sobre los demás bandidos.



Bibliografía

Cervantes, Miguel de. «Novelas Ejemplares.» Cervantes, Miguel de. Novelas Ejemplares. Ed. José Mntero Reguera. México: Penguin Clásicos, 2015. 213-262.
Higashi, Alejandro. Letras Libres. 16 de Diciembre de 2014. Electrónico. 20 de Mayo de 2019. <https://www.letraslibres.com/mexico-espana/no-fue-un-error-fue-una-broma-cervantina>.
Highet, Gilbert. «El Derrumbe de la civilización grecorromana.» Highet, Gilbert. La tradición clásica. Influencias griegas y romanas en la literatura occidental I. Trad. Antonio Alatorre. Vol. I. México: Fondo de Cultura Económica, 2018. II vols. 13-15.





Comentarios